La digitalización bancaria es una necesidad estratégica, no un lujo
Publicado por Magnolia Martinez, Sales Lead GFT México en 20/05/2025 en ArtículoEl futuro de la banca en México será de quienes puedan combinar inteligencia, agilidad y empatía. No se trata de ser los más digitales, sino de ser los más capaces de entender y responder a las nuevas dinámicas del mercado.
Por Magnolia Martinez, Sales Lead GFT México. Foto: LinkedIn. Portal ERP México.
En los últimos años he tenido la oportunidad de colaborar de cerca con diversas instituciones financieras —desde grandes bancos globales hasta fintechs emergentes— y si algo ha quedado claro es que la digitalización ya no puede ser vista como una opción, sino como una condición necesaria para seguir siendo relevantes.
Los retos que enfrenta hoy la banca en México son complejos: un cliente cada vez más informado y exigente, una mayor competencia impulsada por fintechs y neobancos, regulaciones en constante evolución y una presión operativa para hacer más con menos. En este contexto, la transformación digital no debe entenderse como un proyecto tecnológico, sino como una transformación estratégica.
Una de las lecciones más importantes de esta evolución es que la velocidad de adaptación es tan importante como la visión de futuro. Y en esa carrera, la tecnología puede ser una gran aliada, pero también un obstáculo si no se gestiona bien. He visto instituciones invertir millones en sistemas que luego terminan siendo subutilizados, y también he visto casos donde el enfoque correcto ha generado impactos medibles en meses.
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Un buen ejemplo de esto es el caso de Banco Santander, que desde hace años decidió adoptar un enfoque estructurado para su digitalización. Lo interesante no es solo la tecnología que eligieron —una plataforma low-code con capacidades avanzadas de automatización e integración—, sino la forma en que la utilizaron para transformar áreas clave del negocio, desde operaciones hasta experiencia del cliente. En lugar de grandes revoluciones tecnológicas, han optado por una evolución inteligente, basada en datos y con foco en la eficiencia.
También es interesante observar cómo las alianzas estratégicas pueden acelerar estos procesos. Un caso reciente es la colaboración entre GFT y Datox, que combina experiencia en servicios financieros con especialización en automatización inteligente. Este tipo de sinergias muestran que no solo se trata de adoptar herramientas, sino de construir capacidades organizacionales que permitan escalar e innovar de forma sostenible.
Lo que más me ha sorprendido al acompañar estos procesos es que, más allá de los sistemas o metodologías, el verdadero cambio ocurre cuando las organizaciones empiezan a tomar decisiones con base en datos reales, visibilidad operativa y una cultura abierta al cambio. La tecnología, al final, solo es útil si nos permite entender mejor lo que hacemos y cómo podemos hacerlo mejor.
El futuro de la banca en México —y en el mundo— será de quienes puedan combinar inteligencia, agilidad y empatía. No se trata de ser los más digitales, sino de ser los más capaces de entender y responder a las nuevas dinámicas del mercado. En ese sentido, la digitalización no es un destino, es un camino. Uno que hay que recorrer con estrategia, pero también con decisión.