Colaborando para cambiar el rumbo contra el fraude en el sector financiero
Publicado por Rafael Costa Abreu, Director de Planeación de Mercado para América Latina en LexisNexis Risk Solutions en 10/04/2025 en ArtículoUn sector financiero que incorpore la colaboración, aproveche la tecnología avanzada e invierta en la educación del consumidor puede transformar la prevención del fraude en una ventaja competitiva.
Por Rafael Costa Abreu, Director de Planeación de Mercado para América Latina en LexisNexis Risk Solutions. Foto: cortesía. Portal ERP México.
La confianza de los consumidores y la estabilidad institucional están bajo ataque. ¿Por qué? Por una simple palabra: fraude.
El fraude está remodelando el sector financiero mundial, introduciendo riesgos que van más allá de las pérdidas monetarias. Los esquemas sofisticados, como las estafas de pago push autorizado (APP, por authorized push payment), el fraude de identidad sintética y las vastas redes de mulas, significan que las instituciones financieras necesitan avanzar (y rápido) en las protecciones contra el fraude digital.
Una cosa buena que surgió de la pandemia es que obligó a las empresas y a los consumidores a adoptar una evolución digital acelerada, pero con la aparición de nuevos tipos de pago más convenientes vienen más riesgos y amenazas complejas.
El fraude en la banca y los pagos no solo pone en peligro los ingresos, sino que amenaza la confianza fundamental en la que se basan las instituciones financieras. Dado que los estafadores explotan todos los lugares donde se produce una transacción, las instituciones deben adoptar estrategias innovadoras y colaborar para garantizar la seguridad sin sacrificar la comodidad.
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Para hacer frente al creciente desafío, las instituciones financieras (IF) necesitan acceso a información sobre riesgos y a una serie de herramientas de protección para mitigarlos de manera efectiva. También pueden compartir sus conocimientos con otras organizaciones y aprovechar las redes de colaboración compartidas. Esto no solo permite a las instituciones financieras ver señales de riesgo dentro de su propio entorno, sino que también les proporciona inteligencia de riesgos relacionada con dispositivos, direcciones IP, direcciones de correo electrónico y otros indicadores fuera de su entorno pero que son organizaciones similares participantes. Esto ayuda a todos los miembros a mejorar sus evaluaciones de riesgo de fraude.
El fraude se ha generalizado en el sector financiero, ya que los delincuentes se aprovechan de los rápidos cambios tecnológicos y la expansión de las huellas digitales. Se espera que las pérdidas por fraude de APP, donde los delincuentes manipulan a las personas para que realicen pagos a cuentas fraudulentas, superen los $5.25 mil millones en los EE. UU., el Reino Unido y la India para 2026. El auge de los sistemas de pago en tiempo real ha complicado aún más las defensas contra el fraude, proporcionando a los estafadores herramientas más rápidas para mover fondos ilícitos mientras las instituciones se esfuerzan por frenar los ataques.
Las identidades sintéticas representan otro problema creciente para las instituciones financieras. Las pérdidas globales relacionadas con el fraude de identidad sintética ahora se acercan a los 40 mil millones de dólares, ya que los delincuentes combinan identidades falsas tanto de datos personales ficticios como robados. Con el aumento de las filtraciones de datos a nivel mundial, los estafadores están obteniendo acceso a una reserva cada vez mayor de datos valiosos para elaborar solicitudes de crédito o cuentas convincentes pero fraudulentas.
Estos problemas se ven agravados por la complejidad operativa de la detección temprana del fraude en las primeras etapas del recorrido del cliente. La naturaleza global de los delitos financieros hace que sea particularmente difícil para las instituciones distinguir entre comportamientos legítimos y sospechosos. Un ataque a un banco a menudo se vincula a redes más grandes que abarcan industrias y países.
La colaboración como la mejor defensa del sector financiero
La colaboración dentro de una industria y a través de industrias y fronteras ayuda a resolver desde fraudes simples hasta los más complejos. Las organizaciones criminales están altamente conectadas en red y son capaces de desplegar estafas a gran escala con precisión. Para contraatacar, las instituciones financieras pueden trabajar juntas para crear ecosistemas de defensa igualmente sólidos. Las redes de inteligencia colaborativa están demostrando ser indispensables para hacer frente a este desafío.
Estas redes permiten a las instituciones financieras compartir información anónima sobre las señales de riesgo entre clientes, dispositivos y transacciones en tiempo real. Por ejemplo, la información sobre la actividad de las mulas de una institución puede señalar signos de actividad fraudulenta en otra, evitando que las estafas aumenten y demostrando cómo las redes de colaboración permiten que el conocimiento de una institución proteja a otros miembros de la comunidad.
La tecnología de capas es el enfoque recomendado para combatir el fraude dentro del sector financiero. Los avances en inteligencia artificial (IA) e inteligencia del comportamiento están transformando las capacidades de detección y prevención de fraudes para habilitar a las organizaciones en la detección de patrones, comportamientos y anomalías que, de otro modo, podrían pasar desapercibidos para los controles de riesgo convencionales.
El análisis impulsado por la IA ha demostrado ser muy prometedor en la detección de identidades sintéticas. Al examinar cientos de atributos vinculados a una identidad, como el comportamiento, el uso del dispositivo y las relaciones con otras cuentas, las instituciones financieras pueden distinguir a los usuarios genuinos de los actores maliciosos. Esto es especialmente valioso en ecosistemas financieros cambiantes donde las identidades emergentes, como los usuarios jóvenes o migrantes, reflejan las características de las identidades sintéticas.
La inteligencia digital, la inteligencia del comportamiento y la vinculación de dispositivos, que liga el dispositivo móvil de un usuario con su cuenta, tienen un mayor impacto en la seguridad de las interacciones bancarias móviles. Estas herramientas permiten a las instituciones autenticar las identidades de los usuarios en forma pasiva, utilizando factores como la forma en que alguien sostiene, escribe o interactúa con su dispositivo. Estas medidas mejoran la seguridad sin introducir fricciones, lo que permite una experiencia fluida del cliente en las transacciones móviles, que se están convirtiendo rápidamente en dominantes en el sector financiero.
La combinación de estas defensas con la inteligencia colaborativa en tiempo real sobre beneficiarios fraudulentos incrementa la eficacia de los flujos de trabajo antifraude y es fundamental para limitar la actividad de las mulas dentro del ecosistema.
Pagos cada vez más seguros
Asegurar el proceso de pagos es fundamental para la mitigación del fraude. Dado que se espera que el volumen global de pagos instantáneos alcance los 58 billones de dólares en 2028, las instituciones financieras están sometidas a una presión cada vez mayor para defender los sistemas de pagos en tiempo real contra el fraude.
Las organizaciones que adoptan una amplia gama de soluciones contra el fraude experimentan una reducción de hasta el 18.5% en las pérdidas por fraude, según el Informe sobre el Estado Global del Fraude y la Identidad de LexisNexis Risk Solutions. Mediante la superposición de inteligencia de amenazas, estrategias de autenticación alternativas y análisis transaccionales en profundidad, estas instituciones pueden lograr pagos más seguros y más rápidos.
La capacidad de una IF para competir depende en gran medida de su habilidad en la lucha contra el fraude, de que se adapte rápidamente a los riesgos emergentes y de proporcionar una experiencia de usuario cómoda y con baja fricción. Las instituciones financieras pueden integrar tecnología avanzada con marcos de colaboración para contrarrestar las redes de fraude que son cada vez más ingeniosas. El seguimiento del fraude en tiempo real en las etapas de entrada y salida del ciclo de vida de las transacciones seguirá siendo esencial.
Además, el sector debe trabajar hacia estándares regulatorios más claros más allá de las fronteras. El fraude es un problema mundial y la falta de cooperación transfronteriza limita la eficacia incluso de los sistemas locales más sólidos. La armonización de los marcos internacionales será fundamental para hacer frente a la naturaleza interconectada del fraude financiero.
El camino a seguir no está exento de desafíos, pero hay oportunidades no solo para mitigar los riesgos, sino también para impulsar la innovación. Un sector financiero que incorpore la colaboración, aproveche la tecnología avanzada e invierta en la educación del consumidor puede transformar la prevención del fraude en una ventaja competitiva, salvaguardando tanto a las empresas como a los consumidores a los que sirve.